domingo, 19 de diciembre de 2010

buenos días mañana. check

Repentinamente despierto en la mañana, la de hoy.
Respiro rápido, respiro rápido, respiro rápido.
Me entra un friíto por un lado del corazón y se me queda escondido en la panza.
Y es que a quién no le da miedo que le digan que no?
Respiro rápido, respiro rápido, respiro rápido.
Por lo tanto, voy a vestirme, voy a ponerme ropa que me ayude a llegar hasta el final.
Lo primero es mirarme a los ojos y ponerme la cara de persona tranquila.
Cierro el espejo y saco del closet una blusa resistente,
una que dice: "todos los días son hoy".
Luego, me pongo una falda ceñida a la cintura:

una de color negro, porque la verdad no tiene color.

una de color negro. Porque la verdad, no tiene color.


Verdad es certeza, sólo que a mi me asusta confiar.
Pero ya me puse la falda.
la pregunta es... ¿certeza de que?
De ti.
Me siento y en seguida me pongo las botas. Botas de letras,
las amarro bien, me levanto y camino, un montón de cosas por decir.
Ahora vuelvo al espejo, me pinto la cara con algo de belleza, esa que sana.
Ya no respiro tan rápido. Y es que vestirse es también equiparse.

En seguida me pego las pecas, las ordeno un poco.
Luego me pongo tu sombrero rojo y se que todo va a estar bien.
Ya para ir terminando,
tomo un botón con dibujito de cohete y me lo cuelgo donde queda el corazón.
Antes de salir, leo una de tus cartas.
No se puede salir al mundo con la cabeza vacía.
Imprimo las letras que me faltan y ahora voy a que me impriman a mi en una foto.
Respiro y echo andar.

En el noticioso la mamá dice que el niño que sueña con la guitarra, hace sonar todos los días la escoba.
Dale, sueña.

check. buenos días mañana
efesios 6: 13-18

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