Jamundí es un oso marinero que come helado cuando llueve.
Vive en un barco de papel que viaja en un oceano -sin tilde- de madera.
Jamundí tiene veintiocho primaveras, en las primeras dieciocho soñó por vez tercera -con redundancia divergente, pa’que se note que es inteligente- pero no hizo miel, arequipe ni nutella, sólo se pasó la noche en vela.
Vive en un barco de papel que viaja en un oceano -sin tilde- de madera.
Jamundí tiene veintiocho primaveras, en las primeras dieciocho soñó por vez tercera -con redundancia divergente, pa’que se note que es inteligente- pero no hizo miel, arequipe ni nutella, sólo se pasó la noche en vela.
Diez nuevos cambios de hojas le otorgaron y Jamundí pensó: ciego me había quedado
Ciento –y siento- cuarenta y cuatro pecas le pegaron,
así que cambió el barco,
compró una tilde, océano de agua,
en la o, en la e, puso la playlist al revés
y en un jarrón de tulipanes planeó fazer –en portugués- un nuevo viaje.
Ciento –y siento- cuarenta y cuatro pecas le pegaron,
así que cambió el barco,
compró una tilde, océano de agua,
en la o, en la e, puso la playlist al revés
y en un jarrón de tulipanes planeó fazer –en portugués- un nuevo viaje.
Punto.
Y –remplazando la coma- coma,
se nota que lo escribió un humano, Jamundí.
se nota que lo escribió un humano, Jamundí.
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